Llegar en tren a Milán

Los trenes que parten de Milán suelen ser puntuales. Para llegar a Roma existen varias posibilidades. Una de ellas es el InterCity, mientras que el Treno Eurostar hace parada también en Bolonia y Florencia.

La Stazione Centrale destaca por su impresionante fachada, de estilo neo-babilónico y construida en los años 30. La estación cuenta con un restaurante autoservicio, oficina de correos, entidades bancarias y diversas tiendas. Además, existe la posibilidad de alquilar una sala de conferencias con una capacidad de hasta 200 personas, en el Eurostar Club, situado en la misma estación.

Milán tiene, sin embargo, otras 10 estaciones de tren más pequeñas. Si nos queremos dirigir a Varese, Cremona o Bérgamo debemos dirigirnos a la estación de Cardona, en el centro de la ciudad, gestionada por la compañía Ferrovie Nord Milano, mientras que la compañía nacional de ferrocarril, Trenitalia, se ocupa del resto de servicios.

En general, los trenes italianos permiten viajar a precios no demasiado elevados. El billete nos saldrá algo más caro si cogemos un Inter-Regionale, el InterCity o el Eurostar, o bien un servicio de tren directo. Hay que tener en cuenta que, antes de subir a cualquier tren, nuestros billetes, que habremos comprado previamente en las taquillas o máquinas expendedoras, deben ser validados en las máquinas amarillas que se pueden ver cerca de las taquillas o en los mismos andenes. Si no se realiza este pequeño gesto, podríamos encontrarnos con la desagradable sorpresa de tener que pagar una multa.